miércoles, 18 de mayo de 2011

Querida Hermana

“¿Dónde esta el Dios del que tanto hablan? ¿El que ama a sus “Hijos” y no permite que nada les pase?” – Esas dos preguntas no dejaban de pasar por mi mente una y otra vez; allí estaba yo, en el funeral de mi hermana menor, cuando debería ser al contrario, ella es la que tendría que asistir a mi funeral en el futuro, pero no es así ya que la vida es caprichosa y le gusta jugar con nosotros como si fuésemos sus marionetas.

Doy un largo suspiro y me acerco lentamente hasta tu ataúd, aun no me lo creo, pero allí te veo, sumida en un profundo sueño, del cual lamentablemente no despertaras… Paso lentamente mis dedos sobre tu rostro para darme cuenta que tu piel esta tan inhumanamente fría, que ya no quedan rastros de aquella calidez que esta emanaba, aun así tu piel sigue luciendo hermosa.
Tu cuello tiene pequeños tintes purpura, los cuales impiden apreciar su verdadera la belleza, pero no fue un obstáculo para adornarlo con el collar de rubíes que te obsequio papá y haciendo juego con este tienes puesto tu vestido azul celeste de tirantes que tanto amabas.


Recuerdo la primera vez que te vi, llegaste a casa y acaparabas todas las miradas, mientras que yo fui exiliado de mi antigua vida de hijo único, en ese momento entendí que era el odio; intente deshacerme de ti por todos los medios que me fueron posibles y ten en cuenta que tan solo era un niño, pero como siempre alguien me descubría y frustraba mis planes, y me reprendían dejándome sin tv o sin mis preciados video juegos.
Pero como todo no es eterno, logre superar mi etapa de envidia y asimile que no volvería a ser el consentido y comencé a amarte como nunca nadie lo ha hecho; yo te protegía de todos aquellos fantasmas o monstruos que solo tú veías, recuerdo que finalmente descubrimos que eran sombras movidas por el viento fuera de tu ventana o los temibles monstruos de tu cama resultaban ser alguna penda sucia que dejabas caer bajo tu cama sin darte cuenta.

También me llega a la mente el primer día que fuiste al colegio, te veías tan hermosa con tu uniforme, aunque tu cuerpecito se perdía entre los prenses de tu falda y el saco que hacia juego con esta; Al final del día me confesaste que no lloraste como los demás niños, porque yo estaría a tu lado y siempre fue así, hasta que me gradué… Allí tome mi propio camino, empezando a explorar mi etapa de adolescente.

Acepto que cuando entre a la universidad me aleje un poco mas de ti, pero no lo suficiente para sacar corriendo a todo aquel que pretendía algo mas que una cogida de manos, siempre te enfadabas conmigo por eso, pero tiempo después te compraba con algún lindo vestido o una salida juntos, hasta que finalmente me perdonabas; pero recuerda hermanita que soy hombre y conozco cada una de las artimañas que usamos nosotros para con ustedes las chicas, esa es la razón por la cual no confiaba en ningún chico que te pretendiera.
Vivimos muchas cosas juntos, como la primera vez que lastimaron tu corazón y vaya que eso quedo grabado en mi hombro, entre mis brazos y tatuado en mi alma, pero aun así fuiste muy fuerte e intente que con mi ayuda olvidases a ese bastardo muy rápido, lo cual me alegro ya que no te merecía, pero algún día le cobrare cada lagrima que derramaste por el. Y no solo yo escuchaba tus experiencias, o aliviaba tu corazón, ya muchas veces, por no decir que siempre, estabas ay para escucharme y darme una mano cuando lo necesitaba. Y pensar que intente deshacerme de ti cuando tenías tan solo unos días de nacida, si lo hubiese logrado no seria ni la sombra del hombre que soy ahora.


No puedo con esto, verte como te dejaron me parte el alma y hace que mi corazón llore a mares, tenias tantas expectativas y proyectos para tu vida, que hacen que me sienta iracundo con quienes te hayan hecho esto y lo peor es que la estúpida justicia en este país sirve de la misma manera que le sirven a los hombres tener tetas, odio todo esto, odio que en este país se hagan las cosas y que queden así solo por que tu caso no este a la altura de los grandes investigadores y castigadores de la patria… me siento impotente ante esto, por ahora solo me queda prometerte que viviré lo que me queda de vida por los dos y viviré para mostrarle a este gobierno que no estoy de acuerdo con muchas cosas, tal vez creas que soy un soñador pero bien dicen que una persona puede hacer la diferencia.. No olvides nunca hermana mía que te amo con todo mi ser



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